
Siento la ausencia, si es que hay alguien ahí. Me encuentro entre libros, corazones y palabras, sobre todo palabras. ¿Hay alguien ahí? O aquí. No tengo tiempo para nada. O tengo tiempo para nada. Me encierran los días, y qué decir de los minutos; no entro. Los segundos me quedan muy pequeños, será que sólo como macarrones: bueno, bonito, barato. Vivo casi dormida, y cuando más viva estoy es cuando me voy a dormir. Y el café se ha vuelto mi mejor amigo, de los demás no sé casi-nada. El nosotros se limita a una llamada telefónica al día y algún que otro mensaje de texto, y el yo tiene mucho frío. (necesitaba recordar lo que era un abrazo). Felices pre-fiestas, amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario